domingo, 17 de junio de 2012



LA POLICÍA ME DETUVO Y ME TORTURÓ

El día 16 de junio de 2012, en la manifestación de protesta contra Bankia, fui detenido y golpeado por la policía.

Mi intención en dicha manifestación fue, al igual que en otras, la de ir como reportero gráfico independiente, con el fin de filmar posibles disturbios para posteriormente colgarlos en mi canal de Youtube: Pulandraku2. 

Debo reconocer que también participo en las protestas coreando las consignas que se sueltan desde los megáfonos, como entiendo que no podía ser de otra manera, dado el magnánime cabreo social generalizado por el expolio nacional al que nos vemos sometidos.

El caso es que me encontraba junto a la torre de Bankia en primera fila para poder filmar la manifestación, cuando divisé un tumulto de gente agitada, hacia el que se dirigía una multitud de periodistas y antidisturbios, con lo que rápidamente reaccioné corriendo hacia aquel sitio en busca de la noticia.

Todo sucedió muy rápido y no sé muy bien en ese instante que sucedió, pero según los agentes, me salté el cordón policial para filmar (detrás de ese cordón habían decenas de periodistas), y de repente se abalanzaron contra mi varios antidisturbios, a lo que mi respuesta, fue el de zafarme al sentir peligrar mi integridad física, todo sucedió muy rápido y no tuve tiempo para pensar, sólo pensaba instintivamente en una cosa, huir del peligro y de la más que probable paliza a la que por desgracia estamos acostumbrados a ver en todas las manifestaciones últimamente.

Seguidamente, unos siete agentes se abalanzaron sobre mí y me tiraron al suelo, no lo recuerdo muy bien, en ese momento lo único que quería era que me dejaran respirar, porque me estaban ahogando y retorciendo el cuerpo por todos los lados y al igual que en la otra situación, fue algo instintivo, con todas mis fuerzas intenté que no me quitaran mi cámara de video, pero de nada sirvió, porque al final me la quitaron y me esposaron.

Por cierto, nadie sabe nada de mi cámara. Supongo que algún policía se la quedó, por no decir, me la robó.


ENTONCES FUE CUANDO ME TORTURARON

Hasta aquí nada fuera de lo relativamente normal, una detención como cualquier otra en una manifestación. Lo peor vino cuando me metieron en el furgón policial, me llamaron decenas de veces hijo de puta, cabrón y demás perlas, mientras me retorcían las manos esposadas contra los grilletes sumamente apretados. Me pegaban puñetazos en el hígado, mientras estampaban con todas sus fuerzas mi cara contra el sillón del furgón con el cuello retorcido, estuve a punto de ahogarme en varia ocasiones, no podía más, fue un infierno, al final un compañero le dijo "córtate que hay muchas cámaras" entonces cesaron un poco las torturas a las que me vi sometido.

Al rato, me sacaron del furgón, para llevarme dentro de Bankia por la puerta de atrás, en ese transcurso, mientras estaba a la vista de manifestantes y periodistas no paso nada, pero al entrar en Bankia. Me llevaban a empujones por las escaleras hacia el garaje, y comenzaron otra vez a insultarme, retorcerme las manos contra los grilletes, pegarme puñetazos sobretodo en el hígado y demás aberraciones, propias de un régimen fascista. 

Por si esto no fuera suficiente; estando en el garaje a la espera de un coche patrulla que me llevara a al centro de información de Moratalaz, me estamparon contra la pared y totalmente atónito, escuche como un policía le decía a otro algo así como "prepárate que te voy a dar un par de hostias con la porra" supongo que seria para dejarle señales de violencia, para que pudieran denunciarme por haberles pegado o algo así.

Supongo que estarán pensando lo mismo que yo, una total y absoluta vergüenza, que jamás hubiera pensado que viviría en una democracia.

Por lo demás, tengo que decir, que después de todo el sufrimiento y humillación, padecido en el centro de información de Moratalaz, el trato fue totalmente correcto.

El domingo día 17 a las 12:30 me dejaron en libertad, a la espera de que el juez me llame a declarar y no sé muy bien de que me acusan, puesto que estaba sumamente aturdido, mareado y dolorido por todos los lados de mi cuerpo, pero creo que me acusan de desobediencia, atentado a la autoridad y no sé qué otra cosa más. Lo más triste de todo, es que casi con total seguridad, la tortura a la que fui sometido, quedara una vez más impune.